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jueves, 23 de junio de 2011

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Tirando mi vida a la basura, te miro y espero. No lo hagas. Pero nada pasa, nada pasa. No vuelvas por aquí. Tirando mi vida a la basura, te miro y espero. Solo quiero un sitio donde ir para poder sobrevivir entre mis desperdicios. Solo quiero un sitio. No dices nada, no dices nada y me hundo, no dices nada, no quieras nada por mí, solo te miro y espero. Hundido entre cartones abiertos, esperaré a que digas algo. Iré a ver si queda algo de mí entre esos montones, para pensar que he dejado algo, que he compartido algo.
Suavemente me hundiré en la mezcla de mis lágrimas saladas y el brillo de tu mirada, sobre almohadas de impoluta blancura. Caeré y en el fondo gritaré, te miraré y te esperaré. No digas nada.
Para mí la basura de mi vida, para mí el infierno de las noches revueltas, para mí la tristeza de sábanas frías, para mí el plástico, para mí el amanecer del asfalto, para mí los arcoíris sucios y todas esas mierdas que trajo la ciudad donde una vez pudo ser.
Nunca volveré a sonreír a tu mirada, solo quiero ir, partir, huir. Me reuniré con los niños rata que vagan por nuestra ciudad, me embriagaré con sus disolventes.

Para mí la basura, para mí la mierda de una ciudad, para mí todo y sin compartirlo.

(A3) 

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